Recuerdo que antes íbamos siempre a una iglesia católica, ya que también iba a un colegio católico llamado “Don Bosco”, y me crie en esta religión, yo siempre en mi hogar veía pleito, no exagerado sino que siempre había un día que por el mas mínimo pleito, siempre tenia que suceder y en el trabajo de mis papas les era difícil realizar el día con éxito, ya que siempre sucedía cosas en el proceso de la labor y todo los gustos de todos nosotros era mínimo, si mis papas nos compraban a mi y a mis hermanos una camisa, ya no les quedaba a ellos para comprarse una también, era una miseria, en fin, y no conocíamos mucho a Diosito, siempre íbamos a la iglesia pero se podría decir que íbamos como que fuera una costumbre de todo domingo, mas que todo mis hermanos y yo sentíamos eso, ya que no entendíamos muchísimo de Diosito y sus bendiciones.
Como todo día normal, mis papas siempre llegaban noche a la casa por el atraso en el trabajo y llegaban muy cansado y bueno a mis hermano y yo no nos gustaba eso, ya que no pasábamos tiempo con ellos y bueno cuando se comenzó a ver el cambio fue cuando una señora de el trabajo les regalo dos Biblias e invitándolas a asistir a ellos a la iglesia donde esa persona iba y fue ahí cuando mis papas un domingo del 2003 nos sentimos raros porque nos llevaron a otra iglesia que nosotros renegamos porque queríamos ir a la otra en la que siempre asistíamos y a la iglesia que asistimos se llama “Tabernáculo Bíblico Bautista Amigos de Israel Central” y como en ese tiempo mis hermano y yo éramos pequeños nos llevaron a “Escuela Dominical” y sentimos un ambiente muy diferente, muy alegre, y desde entonces, entendimos muchísimo quien era Diosito.
Mi mamá siempre decía y a dicho que” no importa cuantas iglesias halla o cuantos nombres diferentes les pongan a las iglesia o religión, sino lo importante es siempre y cuando hablen de Diosito”.
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